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INTRODUCCIÓN
El curso "Estrategias de Intervención Urbana a escala local" surge en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales a partir del ejercicio de la académica Carolina Carrasco, en búsqueda de praxis de diseño urbano participativo a través del modelo bottom-up.
El trabajo de este semestre se inicia con la comunidad del Barrio San Eugenio y la ejecución de un taller participativo con los vecinos del barrio, levantando así ideas de intervención en el espacio público y colectivo en relación a actividades culturales tradicionales determinadas.
El curso continúa con el desarrollo de propuestas por parte de los alumnos, teniendo como objetivo finalizar con una acción de urbanismo táctico y reactivar mediante esta intervención, futuras acciones colectivas dentro del barrio.
El curso "Estrategias de Intervención Urbana a escala local" surge en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales a partir del ejercicio de la académica Carolina Carrasco, en búsqueda de praxis de diseño urbano participativo a través del modelo bottom-up.
El trabajo de este semestre se inicia con la comunidad del Barrio San Eugenio y la ejecución de un taller participativo con los vecinos del barrio, levantando así ideas de intervención en el espacio público y colectivo en relación a actividades culturales tradicionales determinadas.
El curso continúa con el desarrollo de propuestas por parte de los alumnos, teniendo como objetivo finalizar con una acción de urbanismo táctico y reactivar mediante esta intervención, futuras acciones colectivas dentro del barrio.
Conceptos
Empoderamiento urbano es “el proceso por el cual las personas aumentan
su capacidad en la toma de decisiones de los planteamientos urbanos y el diseño
de las ciudades para impulsar cambios positivos de los lugares que habitan.”
Se define el Bottom-up design como la creación de “un sistema en base a pequeños componentes concretos y bien definidos que su conjunto y en sus relaciones construyen la definición del sistema que amplía el conocimiento con incertidumbre. Esta aproximación deriva conclusiones posibles, plausibles o probables aunque no necesarias desde la lógica. Es un proceso inductivo.”
El primero de los términos nos habla del poder de las personas para modificar su entorno, y el segundo, de no definir estructuras planificando previamente el sistema global, sino nodo a nodo.
Comienza a calar en nuestra sociedad la idea de que el uso que hacemos de los espacios, cómo los vivimos, es un factor clave para mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades. Quizás más que el diseño propiamente dicho de los mismos.
Cuando hablamos de participación, “se invoca la participación de los ciudadanos, de las agrupaciones sociales, de la sociedad en su conjunto, para dirimir problemas específicos, para encontrar soluciones comunes o para hacer confluir voluntades dispersas en una sola acción compartida” (Merino, 1994, pág. 9).
Así mismo parece importante destacar que el nivel local es considerado el espacio gubernamental más apropiado para el ejercicio democrático y para propiciar la participación ciudadana: “la redefinición de lo local se perfila como un elemento central.” (Landaverde, 1996).
Se define el Bottom-up design como la creación de “un sistema en base a pequeños componentes concretos y bien definidos que su conjunto y en sus relaciones construyen la definición del sistema que amplía el conocimiento con incertidumbre. Esta aproximación deriva conclusiones posibles, plausibles o probables aunque no necesarias desde la lógica. Es un proceso inductivo.”
El primero de los términos nos habla del poder de las personas para modificar su entorno, y el segundo, de no definir estructuras planificando previamente el sistema global, sino nodo a nodo.
Comienza a calar en nuestra sociedad la idea de que el uso que hacemos de los espacios, cómo los vivimos, es un factor clave para mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades. Quizás más que el diseño propiamente dicho de los mismos.
Cuando hablamos de participación, “se invoca la participación de los ciudadanos, de las agrupaciones sociales, de la sociedad en su conjunto, para dirimir problemas específicos, para encontrar soluciones comunes o para hacer confluir voluntades dispersas en una sola acción compartida” (Merino, 1994, pág. 9).
Así mismo parece importante destacar que el nivel local es considerado el espacio gubernamental más apropiado para el ejercicio democrático y para propiciar la participación ciudadana: “la redefinición de lo local se perfila como un elemento central.” (Landaverde, 1996).
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